Más allá del balón
- El juego de la pelota
- 12 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Por: Balvanero Balderrama García
Facebook: @Balvanero Balderrama
Twitter: @Balvanero.B
En el orbe hay deportes muy populares, algunos con más seguidores que otros.
Pero, nadie puede negar que el más popular es el futbol. Millones en el mundo lo juegan y una cantidad aún mayor lo siguen por televisión, sea viendo las ligas profesionales locales o de otros países.
No digamos de los mundiales de futbol, cada cuatro años, en donde se registran, cada vez, records de audiencias.
Lo más sencillo, regularmente, es lo más popular. ¿Y qué más sencillo para jugar que un balón y las ganas de divertirse?
No podemos decir que es un juego democrático, porque no se gana por ser mayoría, sino por habilidad y juntarse con los que más mueven el balón.
En los días de emergencia sanitaria que se viven de manera inédita en el mundo, los impactos han sido fuertes, en todos los ámbitos: salud –por supuesto-, económico, educativo, social, deportivo. Al tomarse la medida #quedateencasa, todas las actividades se vieron trastocadas. Y una de ellas, entre muchas otras, lo fue el futbol en todas sus manifestaciones: profesional, varonil y femenil, fuerzas básicas, amateur, de barrio y el de los recreos en las escuelas.
Algunas ligas profesionales dieron por concluidos sus torneos, con o sin campeón; México lo hizo sin levantarle la mano a quien encabezaba la tabla al momento de la suspensión.
El futbol profesional, va regresando de a poco a la actividad; Alemania primero, España en esta semana, pero tienen un denominador común: sin público. Me recuerda a lo que escribió Eduardo Galeano a ese respecto: jugar sin hinchada es como bailar sin música.
El futbol va más allá del balón. Para muchas personas es una motivación que se cristaliza en el fin de semana, para ver a su equipo favorito y/o para jugar en las ligas amateurs.
Un gran número de familias, que impulsan a sus hijas e hijos en las ligas infantiles y juveniles, hacen girar sus dinámicas en torno a esta actividad que implica entrenamientos, juegos, convivencia con otras familias, fortaleciendo lazos, y, eventualmente, participación en selectivos estatales.
El balón empieza a rodar y ello es bueno; hay muchas dudas y pocas certezas, pero se están haciendo esfuerzos por recuperar la vida que nos hemos visto obligados a suspender, entre ellas, el entrañable futbol.
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