Más allá del balón

Garra y amor al juego de la pelota

Por: Balvanero Balderrama García

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Entusiasmo, alegría, perseverancia, profesionalismo, concentración, capacidad técnica, ganas, dedicación, constancia, seriedad… todo eso y más he visto en las mujeres jugando futbol.

En algunas ocasiones, pocas, cuando practicaba futbol coincidí en cascaritas en equipos mixtos y jugué con y en contra de mujeres. Siempre me sorprendió, entonces y lo corroboro ahora, las características que inician este texto; podría agregar: entronas.

En ocasiones veo el futbol femenil que se trasmite por la televisión. Puedo apreciar que se dedican a jugar, no hay faltas fingidas ni lesiones exageradas exponencialmente, como sí sucede con algunos jugadores varones.

El futbol femenil es una actividad que refleja cómo se han ido conquistando espacios otrora pensados única y exclusivamente para varones. Y la actualidad lo confirma.

El espacio educativo fue, y sigue siendo, un nicho privilegiado para la práctica de El Juego de la Pelota para las mujeres. De a poco, se han ido aperturando ligas amateurs locales para derivar, con el paso de los años, en el mundial femenil de 1991 a nivel de selecciones.

El trayecto no ha sido fácil para la profesionalización para las damas que les gusta el futbol. Se les escatima todo: empezando por el sueldo, espacios para entrenar, campos para recibir, trayectos, concentraciones, etcétera.

Considero que lo logrado no es una concesión graciosa, se lo han ganado a pulso.

Los equipos profesionales de primer nivel, en el ámbito mundial y en cada una de las ligas locales, opaca la realidad de las categorías inferiores.

Obviamente no todos tienen los recursos del Barcelona, Madrid, Liverpool, Juventus, PSG, Bayer Munich, por mencionar los más importantes a nivel internacional; o, guardando las respectivas proporciones, del Cruz Azul, América, Monterrey, Tigres, Chivas, en el ámbito local.

Y esas carencias que son visibles cuando se mira hacia las segundas, terceras divisiones profesionales varoniles, se multiplican cuando la mirada se dirige hacia las mujeres que juegan profesional o semiprofesionalmente.

Sin embargo, el futbol sigue siendo un deporte que se practica por la alegría que genera y no se debe perder esa perspectiva; hay que seguir promoviendo a las y los niños y jóvenes en su gusto por jugarlo.

Seguramente, saldrán jugadores y jugadoras que nos maravillarán; como dice Eduardo Galeano “Los niños no tienen la finalidad de la victoria, quieren apenas divertirse. Por eso, cuando surgen excepciones, como Messi y Neymar, son, entonces ellos, para mí unos verdaderos milagros”.

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